Originariamente, el término ubicuo posee un cariz teológico. A partir de los años 90 se emplea para distinguir las aplicaciones informáticas. Estas llaman poderosamente la atención de instituciones militares y civiles como la industria, la logística o el transporte (Friedewals & Raabe, 2011; Wen & Liu, 2015). Rápidamente esta tecnología influye en la educación. De ella se benefecian tanto profesores como alumnos para aprender en cualquier lugar, tiempo y manera.
En este sentido, este tipo de educación se ha dado en llamar educación en abierto, entre otras denominaciones. Implica la gestión de la información y la expansión del conocimiento. Esta labor es impulsada especialmente a través de universidades en los 60. Los rasgos más distintivos se centran en la «habilidad para cultivar la organización personal, la autodeterminación, un aprendizaje regulado permanente e integrado en la vida diaria» (Blessinger & Bliss, 2016, p.12). Si bien en la actualidad didácticamente se distinguen el conocimiento abierto del conocimiento ubicuo para caracterizar principalmente dos tipos de aprendizaje: aprendizaje en abierto y aprendizaje ubicuo.
La propuesta presentada combina dos técnicas innovadoras. Se formula un producto pedagógico: procedimiento BRI´KAN que combina la metacognición y las habilidades sociales y el emprendimiento.

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