La innovación educativa puede dar respuesta a los restos y necesidades de la sociedad. En tiempos de pandemia todavía es más necesario desarrollar acciones constantes, múltiples e interdisciplinarias tendentes a una continuada investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) educativas. No sólo se trata de responder la emergencia sanitaria que toda pandemia implica, con su carga agravante de la pérdida de vidas humanas, el dolor y vacío que las misma dejan en las familias, las secuelas en aquellas personas que sobreviven a la infección, y las medidas tomadas a gran escala y alcance en todo el tejido social y productivo para evitar el contagio y gestionar la crisis. La Educación, en general, puede aportar y, de hecho aporta, “medicina”, recursos prácticamente inagotables para enfrentar crisis como la que estamos viviendo y padeciendo; y con solvencia, pues el mismo funcionamiento educativo, que no se ha detenido ni en tiempos de confinamiento a cal y canto, demuestra que la formación, la transmisión y generación de conocimiento no se ha interrumpido, ha funcionado con denuedo y ha permitido que no se produjera el tan temido colapso de la sociedad. La I+D+i relativa a Educación se completa con una transferencia que, en Educación, es consubstancial a cualquiera de las acciones de investigación (básica, aplicada, cualitativa o cuantitativa). La educación siempre está referida a la transferencia de los saberes, de los valores, a su generación y mejora, y siempre para ser transferidos al alumnado, a las familias, sector productivo y a la sociedad.
De todo ello es una muestra el presente libro. Contiene investigación sobre o derivada de la pandemia que actualmente nos acucia en el día a día y amenaza el futuro. Ante tal acuciante amenaza del presente y del futuro, la investigación educativa aporta recursos que nos permiten poder afrontar la situación con mejores posibilidades. Se trata de investigaciones aplicadas al mismo tiempo que también se da cabida a análisis teóricos con propuestas de intervención incorporadas.