La correcta elaboración de trabajos académicos, entre los que se encuentran los trabajos fin de máster, es fundamental, ya que buena parte de la calificación obtenida en ellos redunda en la consecución de ciertas titulaciones o certificaciones. En el caso concreto de los trabajos fin de máster, su finalización supone la culminación de un proceso formativo altamente necesario y valorado en el mercado laboral actual.
El propósito último de cualquier trabajo fin de máster es realizar una investigación sobre un tema concreto. Dicha investigación no está sujeta a una única tipología, sino que esta puede ser de carácter teórico o de análisis bibliográfico; centrarse en realizar una propuesta de mejora o un proyecto de intervención, o bien ir dirigida a la realización de un estudio empírico, en el cual la recopilación de datos es clave. Así pues, el alumno ha de conocer algunas normas básicas pero esenciales relacionadas con su redacción, estilo y estructura. A ello hay que sumarle que el alumno debe ser consciente de que el trabajo fin de máster suele ser presentado y defendido ante un tribunal (principal aunque no exclusivamente), un momento en el que, además, habrá que demostrar cierto grado de rigor y academicismo.
En todo este proceso es prescriptivo que nada quede a merced del azar y que siempre se sigan las directrices marcadas y consensuadas con el tutor o director, puesto que elaborar un texto académico es, sin lugar a dudas, algo más que ponerse a escribir de manera improvisada. El éxito y el fracaso de este tipo de trabajos están ligados a su calidad.